Oye, querido miedo: Miedo grande, miedo chiquito… Te has expandido más de lo esperado… y así no era el trato. Vengo a proponerte otro: Sé mi guardián, avísame del peligro; cuídame, adviérteme. Pero suéltame, déjame ser. Ya no puedo darte tooodo el espacio que has ocupado. Sé mi ayudante, pero…